Y el otro día iba de viaje. Y justo al lado de la Catedral, una mujer intentaba abrir una puerta con una llave. A su lado, dos mujeres extranjeras la miraban sentadas en un bordillo.
Con acento mallorquín dijo ella:
-Ahora con el Sol, no veía.
-Sí, es cierto, a veces el Sol deslumbra. Respondieron las extranjeras.
Con acento mallorquín dijo ella:
-Ahora con el Sol, no veía.
-Sí, es cierto, a veces el Sol deslumbra. Respondieron las extranjeras.